Afrique es una persona tranquila, disfruta de los placeres terrenales, el canto de los pájaros, la salida del sol, arrancar el fruto nativo, maduro en su punto y saborearlo de pies descalzos mirando el paisaje. Pero esta mañana las cosas no iban a ser como suelen ser, sin apuros, con el vapor del primer mate cebado, su espuma y sabor únicos aportados por la paz que invade el contexto. Una hora antes de salir el sol, el sonido del mar imponía su ritmo, anunciaba la presencia de mar de fondo y aceleraba el corazón. Atrás quedó la idea de esperar el sol salir, de arrancar el fruto, de caminar descalzo y menos aún de armar el mate con la paciencia debida.
Es 2 de abril y a las 7 a.m. las olas se hacen sentir, Afrique había dejado todo listo ya que el frío de la noche anterior daba indicios de buenas condiciones. El gurí criado en Montevideo era un estudioso del clima y sus efectos sobre el mar, así que decidió dejar todo el equipamiento a punto caramelo para saltar al mar lo antes posible a registrar la condición. Sin muchas vueltas más, media hora antes de salir el sol, partió a pata hacia su pointbreak preferido. El mismo queda a 800 metros de su casa, así que cargó sus mochilas, dos bananas y un té para contrarrestar el frío de la madrugada.
Al llegar presenció una serie que lo dejó de ojos abiertos y estudiando aún mas la entrada al mar, luego de observar varias series recorrer toda la bahía decretó que lo iba a hacer, el objetivo era claro, aunque existía la posibilidad de no lograr llegar al lugar indicado, de todas maneras la intención es lo más importante así que ahí fue. Nadó durante unos 10 minutos dejando todo en la cancha, en un momento dado la corriente no era la inicial y ya sintió la sensación de haber llegado, de haber logrado lo que se imaginó, eso pagó todo y todo que le iba a venir era pura abundancia. Así que situado en el punto que se imaginó comenzó a disparar, estuvo mas de una hora dentro del mar quizás dos. Al salir tomó té, descansó, escuchó música y continuó su objetivo fotografiando desde la costa. Unas cuantas horas después y con la cabeza tranquila de haber dejado todo, Afrique vuelve caminando, aún le queda té, frena para servirse un poco en la taza de plástico que trae el termo, mira el cielo, observa sus colores, descubre unos pájaros, continúa caminando y decide sentarse a la sombra de un eucaliptos gigante que hay, el único en medio de un monte de pinos, termina su té y agradece, guarda el vaso y piensa lo afortunado que es.
Fotos desde dentro del agua.
Foto 1. Listo para descolgarse, surfista no identnificado.
Foto 2. Luego de un tramendo drop y un bottom casi imposible, el surfista (N.I) corta hacia adelante y cae la bomba detrás.
Foto 3. Otro de esos momentos que dejan libre la imaginación. Surfista no identificado.
Foto 4 y 5. Martín Buela fue el primero en entrar, vio el amanecer desde el lugar y conectó las mejores olas de la mañana, esta es una de ellas. Drop encima de la mismísica roca y palo en cuanto se pudo.
Fotos desde fuera del agua.
Foto 1. Uno de los tantos pointbreaks uruguayos.
Foto 2. Primer plano del mismo pointbreak. La ola está.
Foto 3. Surfista afortunado disfruta de una derecha espectacular. Lo tenemos muy visto en la vuelta pero no recordamos su nombre.
Siepre hay surf en MORESURF. Todas las fotos tienen los derechos reservados no pueden ser usadas con fines comerciales.
© Nicolás Albano.